¿Desde donde pinta Liliana Golubinsky sus imágenes? - ¿Como se ordena su visión? - ¿Como se jerarquizan sus percepciones?
Buenos Aires, Agosto de 1993
por Fermín Févre
Parece que al citar yo en uno de mis cursos "el lado de la sombra" que alude Jung para referirse al inconsciente y hacer una mención acerca de la convivencia con lo consciente y la necesidad de que lo que esta en la sombra quede allí y no se busque llevarlo a la luz, produje en ella un cierto estado de inquietud con relación a su propia obra.
Puesto a analizar con mayor detalle estos paisajes imaginarios que integran su ultima producción y que ahora exhibe en esta muestra, podría decirse que en ellos se hace presente la memoria oculta. Jung mismo la llama criptomnesia. Vale decir, la discreción que aparece en el proceso creativo fuera de todo plan preconcebido. El autor se desvía del curso originalmente trazado para añadir algo que, a su juicio aparece como nuevo pero que en realidad ya conocía y estaba como sepultado en el inconsciente. Una idea o una imagen la saca a la luz.
En el desarrollo de esta pintura hay, ante todo, una gran actitud reflexiva que por orden en el caos de las sensaciones. De tal modo los paisajes son una manera de estructurar la imaginación y recoger los datos de la memoria perceptiva.
Aparecen datos muy diversos. Lo que los colores captan de la que ha penetrado en la percepción sensible dada en la propia experiencia; las imágenes fijadas y sintetizadas (árboles, autos, animales, casas, puentes o accidentes del paisaje) y aquello que forma parte de la estructura compositiva.
En estos últimos esta también presente el inconsciente. Por que esa suerte de terrazas horizontales superpuestas que abren el campo del paisaje, a veces-incluso- rebatiéndolo? Como considerar los laberintos y los túneles que vemos e intuimos? (el laberinto, por otra parte tan presente en el mundo de nuestros sueños).
Están también las entidades del gesto pictórico, las pulsiones, aquellos toquecitos de azul, de blanco, de marron-a que se refería Cézanne. Casi podríamos decir que toda obra de arte, aun la mas aparentemente racional y evidente en sus significaciones es un producto del inconsciente. Como señala Lacán "por la rapidez con que llueven del pincel del pintor las pequeñas pinceladas que se van a convertir en el mi9lsgro del cuadro, no puede tratarse de elección sino de otra cosa. Esa otra cosa, podemos intentar formularla?".
Esta condición enigmática de la creación reaparece en todo artista que tiene algo que ofrecer. Es el caso de Liliana Golubinsky, que ha desarrollado a lo largo de algo mas de diez años una obra que se manifiesta con perfiles propios, ajena a modas y estilos pasajeros. Hay en sus pinturas una mirada; una forma de ver la realidad y de expresarla. Su actividad no es meramente receptiva, pasiva, sino que pasa por su percepción y es reelaborada por sus sentimientos y por su mente. En el núcleo de su obra hay una visión conceptual muy determinante. La obra de arte es necesariamente subjetiva y en lo fundamental autobiográfica. Solo los verdaderos artistas son los que logran que esa subjetividad se haga también objetiva, a fin de que todos los demás participen de ella. Liliana Golubinsky esta en ese camino de validez.